Los alacranes pertenecen a la familia de los arácnidos, clase distinta a la de los insectos. Una de sus características principales, y que los diferencia de estos, es que poseen ocho patas.
Los alacranes difieren en color desde un color similar a la paja, pasando por amarillo, café hasta llegar al negro. Se distinguen fácilmente por sus grandes pedipalpos y tenazas que utilizan para atrapar a sus presas y su abdomen segmentado en dos.
Los alacranes difieren en color desde un color similar a la paja, pasando por amarillo, café hasta llegar al negro. Se distinguen fácilmente por sus grandes pedipalpos y tenazas que utilizan para atrapar a sus presas y su abdomen segmentado en dos, el mesosoma y el metasoma o post abdomen, formado por 5 segmentos que terminan en un aguijón muy fino y curvo, conectado a una glándula donde se aloja el veneno.
Como regla general, las especies tóxicas tienen tenazas delgadas, mientras que los escorpiones con tenazas gruesas y de gran alcance son menos tóxicos.
El apareamiento se realiza a fines de verano y a fines de primavera. La gestación insume aproximadamente 8 meses. La hembra pare las crías que inmediatamente se suben al dorso de la madre y viven su primer fase sobre ella sin alimentarse.
Al realizar su primer muda descienden de la madre y se dispersan comenzando a alimentarse. Las ninfas pasan por 6 mudas hasta llegar a la etapa adulta. Este proceso insume de unos meses hasta 4 años.
Los alacranes se encuentran en las regiones secas, calientes y templadas del mundo, pero algunas especies pueden vivir también en lugares fríos y húmedos, como bosques y cuevas. La forma aplanada de su cuerpo facilita el que puedan esconderse debajo de piedras, corteza de árboles, diversos escombros como latas, palos, depósitos de agua y de otros objetos similares.
El mecanismo de defensa más efectivo que tienen los alacranes cuando se ven atacados es inyectar veneno por medio de su aguijón; por eso, un alacrán que normalmente camina con la cola hacia abajo, apenas presiente el peligro la levanta con la intención de defenderse.
Debe quedar claro que el alacrán nunca buscará al hombre para atacarlo, al contrario.